16 de septiembre de 2011

Pasando los libros por la guillotina

A aquellos a los que nos gusta leer estamos acostumbrados a los libros, a su tacto y a su olor; hablamos de ediciones de tapa dura y de tapa blanda, de lo bonita que es un portada y de lo poco agradable que es tal otra, pero no solemos preguntarnos cómo se ha hecho el libro. No, no me refiero a qué proceso ha seguido su escrit@r, sino a cómo se ha hecho materialmente, cómo lo han puesto en papel en las imprentas. 

Yo tuve la oportunidad hace unos días de visitar una imprenta y me dejó alucinada. Antes de entrar ya se oía el ruido de las máquinas haciendo fotocopias y en cuanto crucé la puerta noté que la temperatura había subido un poco, es lo que tiene tener varios monstruos fotocopiadores trabajando sin parar. 

Después están los paquetes de folios. Los traen en palés, ni más ni menos, y los libros los sacan igual, en palés industriales para transportarlos mejor. Hablamos de cientos de paquetes de folios, de miles y miles de hojas. 



Cuando me explicaron los tipos de encuadernaciones que hay, comprendí por qué mi vieja edición de "El señor de los anillos" iba perdiendo hojas por el camino. ¿Cuál era el motivo? Las hojas no iban cosidas y pegadas, solo encoladas al lomo. Si se imprimen pequeñas tandas de hojas (imaginaos, hojas tamaño A3 en las que se imprimen ocho hojas de libro de bolsillo y quedan consecutivas, como si se tratara de pequeños cuadernillos), se cosen por el centro y después se pegan al lomo, es imposible que se suelten hojas sin que se rompa el libro en si. Por el contrario, si simplemente se pegan al lomo las hojas, es mucho más probable que se acaben por desprender, especialmente si se va a trabajar mucho con el ejemplar.


También me enseñaron dónde enceran los lomos de los libros para pegarles la portada, y sí, señoras y señores, olía a cera como la que se usa para depilarse. No llegué a ver la máquina en funcionamiento pues no estaba lo suficientemente caliente (aun superando los 150º), pero si me explicaron como funcionaba y que era necesario hacerle pequeños cortes al libro para que la cera se adhiriera mejor a las hojas y al lomo. 


¿Y a que no sabéis que? Cuando el libro está totalmente hecho, con las hojas impresas, la portada pegada y todo, se pasa por la guillotina.
No, no ese tipo de guillotina, sino una máquina donde se pone el libro y se corta por tres de sus lados (el lomo se salva, menos mal). Así dejan todas las hojas parejas. La portada ya la imprimen con las marcas por donde tienen que recortarla para que todo quede perfecto.

Desde mi visita a la imprenta, miro los libros con otros ojos ^_^

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